¡Madre, ayuda nuestra fe!
Abre nuestro oído a la Palabra, para que reconozcamos la voz
de Dios y su llamada.
Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo de
nuestra tierra y confiando en su promesa.
Ayúdanos a dejamos tocar por su amor, para que podamos
tocarlo en la fe.
Ayúdanos a fiamos plenamente de Él, a creer en su amor,
sobre todo en los momentos de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es
llamada a crecer y a madura.
Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado.
Recuérdanos que quien cree no está nunca solo.
Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que Él sea luz
en nuestro camino.
Y que esta luz de la fe crezca continuamente en nosotros,
hasta que llegue el día sin ocaso, que es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro
Señor.
Papa Francisco
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